Baterías de estado sólido un futuro cada vez más próximo. (Foto: catl.com)

Las baterías de sodio podrían ser el futuro del coche eléctrico

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En la actualidad, la mayor parte de las baterías utilizadas en coches eléctricos son de iones de litio. Sin embargo, algunos fabricantes buscan cambiar el paradigma con una tecnología más simple pero con gran potencial.

Las baterías de estado sólido son un secreto de la industria del automóvil. Ofrecen un mayor rendimiento, autonomía y, además, seguridad para los coches eléctricos. Sin embargo, uno de los problemas de este elemento es la dificultad de escalar su proceso de producción. 

¿Qué son las baterías de sodio?

Las baterías de estado sólido significan una mejora con respecto a las de iones de litio. Para comprender mejor cómo funcionan es importante conocer el mecanismo de las baterías tradicionales. 

Las de litio, por ejemplo, están compuestas por dos electrodos de metal, un ánodo y un cátodo que se encuentran sumergidos en un líquido conocido como electrolito. Esta combinación de elementos es llamada celda y la combinación de distintas celdas forman una batería. 

Las de litio utilizan sal de este mismo elemento que cuenta con los iones necesarios para crear una reacción química reversible. Cuando la batería está cargada, el circuito eléctrico se cierra y ocurre una reacción que permite que las partículas con iones se muevan de un electrodo a otro. 

Cuando se conecta la batería para cargar, ocurre el mismo proceso, pero inverso. Las partículas circulan y la batería se recarga. 

Las de estado sólido funcionan bajo el mismo principio, pero poseen un electrolito sólido. Esto da como resultado una batería más estable y eficiente tanto a corto como a largo plazo.

Sus ventajas

Las baterías de estado sólido son, en teoría, el futuro del transporte eléctrico. Sin embargo, en la actualidad no pueden satisfacer por completo las necesidades de los automovilistas.

Entre sus ventajas se encuentra que el sodio es un material más abundante y menos corrosivo que el litio. Por lo que su adopción masiva podría beneficiar otros sectores como la construcción. Por otro lado, las celdas poseen una mayor estabilidad térmica que se traduce en una mayor seguridad para los usuarios de los vehículos. 

Sin embargo, también poseen algunas desventajas. Su autonomía es limitada y sus tiempos de recarga son excesivamente largos. Dos puntos clave para que los coches eléctricos alcancen una mayor popularidad en el mundo. 

Además, el sodio es un elemento pesado cuando se lo compara con el litio, por lo que la energía que almacenan por volumen es considerablemente menor.

La prueba de Toyota

Toyota es una de las primeras compañías que busca masificar y comercializar las baterías de estado sólido. El principal obstáculo, por el momento, es su coste de fabricación. Necesitan, para el 2030, alcanzar la paridad con los coches a combustión. 

Según ha informado, la firma japonesa presentará un híbrido con una batería de estado sólido antes del 2025. La idea detrás de esta prueba es experimentar en un entorno real con esta tecnología sin tener que invertir en producir baterías completas.
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